Gran ahorro en términos de tiempo total desde la pila hasta el producto acabado. Las hojas se pueden procesar (corte, plegado, encolado) inmediatamente después de haber salido de la máquina, sin tener que esperar a que se enfríen (UV de mercurio) o a que se sequen por completo (tintas oxidativas). Además, a diferencia de las tintas oxidativas, las tintas LED se pueden dejar en la máquina al final del trabajo, sin tener que retirarlas.
No solo hablamos de ahorro de energía y de tiempos de producción; en el proceso de impresión UV LED no se usan disolventes, no se irradia calor en la máquina y no se produce ozono, evitando así el deterioro precoz de los componentes mecánicos de la máquina, lo que reduce los costes de mantenimiento y las paradas prolongadas no programadas. La ausencia de ozono y de calor elimina la necesidad de usar sistemas para extraer el aire de la máquina de impresión.
Los sistemas UV LED funcionan a una temperatura inferior a los 50 °C, no emiten ni ozono ni radiaciones UVC y trabajan a baja tensión (48 V aprox., frente a los cerca de 2000 V de las lámparas Hg). Además, gracias a su robustez, se disminuye drásticamente el riesgo de rotura de los componentes frágiles y de fuga de materiales tóxicos (como el mercurio de las bombillas).
Eligiendo los sistemas UV LED, se reduce la huella de carbono de la empresa al necesitar consumir menos energía para realizar sus productos y no se contribuye a la contaminación del aire ni dentro ni fuera de la sala de máquinas. Las lámparas están compuestas por un 80 % de materiales reciclables y no se tienen que eliminar materiales tóxico-nocivos durante la explotación. Dadas las características de las tintas específicas para LED, los productos impresos no transfieren olores desagradables, evitando contaminar los materiales con los que entran en contacto.
Gran ahorro en términos de tiempo total desde la pila hasta el producto acabado. Las hojas se pueden procesar (corte, plegado, encolado) inmediatamente después de haber salido de la máquina, sin tener que esperar a que se enfríen (UV de mercurio) o a que se sequen por completo (tintas oxidativas). Además, a diferencia de las tintas oxidativas, las tintas LED se pueden dejar en la máquina al final del trabajo, sin tener que retirarlas.
No solo hablamos de ahorro de energía y de tiempos de producción; en el proceso de impresión UV LED no se usan disolventes, no se irradia calor en la máquina y no se produce ozono, evitando así el deterioro precoz de los componentes mecánicos de la máquina, lo que reduce los costes de mantenimiento y las paradas prolongadas no programadas. La ausencia de ozono y de calor elimina la necesidad de usar sistemas para extraer el aire de la máquina de impresión.
Los sistemas UV LED funcionan a una temperatura inferior a los 50 °C, no emiten ni ozono ni radiaciones UVC y trabajan a baja tensión (48 V aprox., frente a los cerca de 2000 V de las lámparas Hg). Además, gracias a su robustez, se disminuye drásticamente el riesgo de rotura de los componentes frágiles y de fuga de materiales tóxicos (como el mercurio de las bombillas).
Eligiendo los sistemas UV LED, se reduce la huella de carbono de la empresa al necesitar consumir menos energía para realizar sus productos y no se contribuye a la contaminación del aire ni dentro ni fuera de la sala de máquinas. Las lámparas están compuestas por un 80 % de materiales reciclables y no se tienen que eliminar materiales tóxico-nocivos durante la explotación. Dadas las características de las tintas específicas para LED, los productos impresos no transfieren olores desagradables, evitando contaminar los materiales con los que entran en contacto